Queremos ser una comunidad digital* que viva y refleje a Jesús.

X. Liturgía

#Valores: Los Valores son definiciones de lo que esperamos que nos identifique, estos artículos están pensados principalmente a quienes se quieran unir a nosotros en este proyecto tanto para orar, donar o colaborar.

Nuestra adoración, más allá de lo musical, incluirá todas las prácticas que nos acerquen a la gracia y al poder de Dios, de manera creativa y relevante.

Valores Beta #10: Adoración Significativa

En la adoración, responderemos a su Palabra, a los Sacramentos y al Espíritu en obediencia y amor, aprendiendo de las diferentes corrientes de espiritualidad cristiana a lo largo de la historia.

Valores Beta #12: Adoración Transformadora

Queremos ser una comunidad bíblica saludable, guiados por su Palabra y sin distraernos del testimonio de Cristo, el crecimiento espiritual y el cuidado mutuo. Queremos vivir según la máxima de que las personas y las relaciones son más importantes que los programas, siendo una comunidad como Cristo.

Valores Beta #14: Una comunidad saludable

En la adoración, nos reunimos para encontrarnos con Dios de forma que todos comprendan, tanto los que forman parte de la comunidad como los que no.

Valores Beta #11: Adoración Inteligible

Queremos ser un lugar de amor, gozo y paz que refleje el carácter de Dios y su deseo de que todos vuelvan a Él: hombres, mujeres, niños y niñas, de todas las edades, grupos sociales y culturas.

Valores Beta #13: Un hogar espiritual

Junto con las relaciones cara a cara, especialmente en grupos pequeños, utilizaremos la tecnología para cumplir nuestra misión.

Valores Beta #15: Herramientas digitales

La adoración es reconocer a Dios y responderle con nuestro corazón. Por eso, solemos expresarla a través de nuestras oraciones y canciones, las cuales pueden entenderse como “oraciones potenciadas”, como bien expresó Agustín de Hipona: “El que canta ora dos veces”. Sin embargo, la adoración no se limita solo a nuestros “labios”, sino que se extiende a nuestras vidas. La Biblia nos lo recuerda constantemente: “Este pueblo de labios me honra; pero su corazón está lejos de mí” (Isaías 29:13, Mateo 15:8). Es decir, nuestra adoración no solo implica reconocer el carácter de Dios, sino responder con nuestro corazón y con nuestras acciones. Por ejemplo, si reconocemos que Dios es amor, expresamos nuestro amor a Él y vivimos de manera coherente, amando a nuestro prójimo.

Este principio se refleja en el primer mandamiento, que nos insta a amar a Dios con todo nuestro ser (Marcos 12:30-31). Para comprender mejor lo que esto implica, podemos desglosarlo en varias partes. Amar a Dios “con todo el corazón” significa amarlo sinceramente, desde lo más profundo de nuestro ser. Aún hoy usamos expresiones como “te lo digo de corazón” para denotar algo genuino y sincero. Las siguientes tres partes pueden referirse a diferentes aspectos de nuestra vida: el alma, la mente y las fuerzas.

Con todo el alma: Esto está relacionado con nuestros sentimientos y emociones. Amar a Dios con el alma implica expresarle nuestro amor, adorarlo y responder a su presencia, especialmente en la comunión con Él durante nuestras reuniones de adoración.

Con toda la mente: Amar a Dios también implica conocerlo más profundamente. Así como en un matrimonio el amor se fortalece al conocer más al otro, nuestra relación con Dios crece a medida que estudiamos su Palabra y aprendemos quién es Él. Una forma sencilla de ilustrarlo sería pensar en un matrimonio en el que uno de los cónyuges olvida el día de su boda. Si no conocemos a Dios, nuestro amor por Él será superficial.

Con todas las fuerzas: El amor se muestra a través de acciones. No basta con decir que amamos a Dios; debemos demostrarlo obedeciendo sus mandamientos, especialmente amando a nuestro prójimo (1 Juan 4). Como Jesús enseñó, nuestras obras deben reflejar su amor y llevar a otros a glorificar a Dios (Mateo 5:16).

Así, aunque la música es una expresión importante y contextual de nuestra adoración, pensar que la adoración se limita solo al acto de cantar es un error. Esto es especialmente relevante cuando nuestra adoración no refleja el amor de Cristo en la comunidad. 1 Corintios 13 nos recuerda que el amor debe ser la base de nuestras reuniones. En el capítulo siguiente, Pablo explica que este amor se manifiesta cuando nuestras reuniones tienen como propósito el crecimiento espiritual, tanto para los que ya forman parte de la comunidad como para los que aún no. Este crecimiento se da principalmente cuando todos entendemos lo que está ocurriendo cuando nos reunimos a adorar a Dios.

Por lo tanto, el enfoque de nuestra adoración pública debe ser que Dios esté en el centro y que nuestras vidas sean conformadas a su imagen. Si la iglesia es el cuerpo de Cristo, debemos ser una comunidad que refleje a Cristo. Aunque esto pueda parecer obvio, es necesario recordarlo constantemente, ya que, como cualquier comunidad humana, las iglesias también somos susceptibles a las distorsiones provocadas por el pecado.

Finalmente, recordar vivimos en un contexto con desafíos acelerados, donde coexistimos en los planos analógico y digital. Como comunidad, debemos aprender a ver el plano digital no solo como un espacio para generar comunidad, o como una herramienta para nuestro crecimiento espiritual, sino también como un campo misionero, sin olvidar la importancia de las relaciones cara a cara.

La traducción es el sello de nacimiento de la Iglesia y también su punto de referencia misionero: la Iglesia sería irreconocible o insostenible sin ella.

Lamin Sanneh, Whose Religion is Christianity?

“El Nuevo Testamento nos hace recordar que la iglesia visible no es la iglesia ideal, pues la iglesia es una sociedad divino-humana, que participa no solamente en el amor divino de su fundador, sino también en los defectos de su calidad humana, siempre está en necesidad de renovación. Dios corre el mismo riesgo con la iglesia en la redención como lo hizo cuando concedió a las personas libertad en la creación. Del mismo modo que Dios, el Espíritu Santo, usó las manos del Apóstol Pablo en “milagros especiales”, así Él puede usar a su iglesia en el día de hoy. Los resultados serán los mismos: la Palabra del Señor crecerá poderosamente y prevalecerá (Hechos 19:11 y 20).”

— Libro de Disciplina, Iglesia Metodista Libre, 2023

“Vino Nuevo y Odres Nuevos ¶6860 Dado que consideramos la efectividad evangelizadora como nuestra máxima prioridad, afirmamos que la actividad apostólica en los campos de cosecha creará muchas formas y trayectorias diferentes para los nuevos grupos de discípulos. En sometimiento a la enseñanza de Jesús sobre la necesidad de odres nuevos para el vino nuevo, optamos por confiar en nuestros líderes apostólicos, permitir la innovación y la flexibilidad organizativa en la creciente frontera de la Iglesia Metodista Libre, y evitar la creación de límites institucionales rígidos que limiten la rápida expansión del reino. Confiamos en que, con el tiempo, los hacedores de discípulos piadosos y los fundadores de iglesias ayudarán a muchos de los nuevos discípulos y grupos a acoger las realidades distintivas de la Iglesia Metodista Libre según la dirección de Dios. De acuerdo con ¶6850, todas las partes involucradas procurarán establecer y mejorar los lazos de comunión y conexionalidad, reconociendo al mismo tiempo la efectividad evangelística como la más alta prioridad.”

— Libro de Disciplina, Iglesia Metodista Libre, 2023

Cuando elegimos encarnar, nos encontramos entre nuestro propio mundo y el mundo de otra persona. Estamos llamados a permanecer fieles a quienes somos, sin perder nuestra esencia, y al mismo tiempo adentrarnos en el mundo de otro. Sin embargo, podemos estar seguros de que, así como la encarnación y la muerte de Jesús trajeron gran vida, nuestra decisión de hacer lo mismo también resultará en vida de resurrección y mucho fruto en nosotros y en los demás.

Peter Scazzero, The Emotionally Healthy Church